El concreto puede reforzarse con fibras incorporadas a la mezcla. El resultado es un producto más homogéneo con mayor resistencia en esfuerzos a tracción, además de que adquiere mejores propiedades frente a la fatiga de materiales. Se pueden usar diferentes tipos de fibras, los dos grandes grupos son las sintéticas dónde se incluyen las poliméricas y las metálicas, siendo las de acero las más comunes.
Las fibras de acero permiten aumentar la resistencia a flexo tracción y tracción, mejoran la resistencia a la compresión e incrementan la resistencia a la fatiga y tenacidad.
El concreto reforzado con fibras de acero es usado en prefabricados, tubos, revestimiento de túneles, estructuras de seguridad, canales, entre otros elementos.
En cuanto a las fibras poliméricas estás pueden ser de polipropileno, nylon, polietileno, poliéster, entre otros materiales similares que aportan a la mezcla de concreto resistencia especial contra los impactos ya que pueden deformarse debido a sus características de elasticidad, aunque cuando se fisura las piezas estás pueden dañarse considerablemente. Este tipo de concreto es muy versátil y presentan mejores propiedades como la resistencia mecánica, rigidez, rendimiento a altas temperaturas, resistencia a la corrosión entre otras ventajas. También suele usarse fibra de vidrio, fibras de asbesto, entre otros materiales, cada uno le brinda diferentes características y propiedades muy particulares a las mezclas de hormigón.