El ladrillo autocentrable

Ladrillo antisímico

El ladrillo antisísmico o ladrillo autocentrable reduce tiempos de construcción, da mayor precisión en su colocación, mayor resistencia a la vibración.
La reducción de los tiempos de colocación y ejecución de las obras se debe principalmente a su forma, la cual parte de un prisma rectangular (cual ladrillo tradicional), presentando dos huecos en forma troncocónica, y seis varillas de acero insertadas en la cara inferior, cuya función es facilitar el encastre en los huecos de los ladrillos de la hilada inmediatamente inferior.
La mayor precisión en la colocación de las piezas, además de por las características de forma mencionadas en el párrafo anterior, se debe también a cuatro patas existentes en su cara inferior.
Es el ya mencionado encastre de piezas la característica principal que hace que la fábrica aumente su resistencia a vibraciones y empujes. Evidentemente, la resistencia final se consigue con la solidificación de la argamasa que rellena las juntas y aberturas resultantes entre las piezas.
Por otro lado, respecto al medio ambiente, estamos hablando de unos ladrillos que son inyectados que, si bien es cierto que la materia inyectada puede ser cualquier arcilla, su fabricación también se puede fabricar con paja y caña, ceniza de carbón, residuos plásticos, etc. Actualmente, estos materiales se están investigando y su utilización evitaría la extracción de arcilla, con su consecuente impacto al medio ambiente, además de que usarían residuos de otros materiales, como ya hemos dicho.

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